Hoy en día reconstruido en el Albergue Juvenil “Quinta de Vista Alegre”, se trató de un elegante palacete del siglo XIX que fue utilizado como residencia de vacaciones del Conde de Viñaza, historiador, político, diplomático y lingüista español.
En torno a este edificio existe una leyenda popularmente conocida…
Se dice que estos condes tuvieron dos hijos: Úrbez y Victorián. Estos contrataron a una niñera que posteriormente se convertiría en la institutriz de piano para estos dos niños. Celina, que era su nombre, era hija de un lord inglés a la que le encantaba leer y también tocar el piano. Se cuenta, que su pieza favorita era la Pavana para una infanta difunta, de Ravel.
El Día de Todos los Santos, Celina sacó a pasear a los niños por la orilla del río y al cabo de un rato, cansada de caminar, Celina se sentó bajo la sombra de un árbol a leer un libro.
Tan absorta estaba en su lectura que no se dió cuenta de que el carrito de los niños fue deslizándose cuesta abajo, directo al río.
Celina, en un intento de salvarlos se echó al río, pero al igual que los niños… acabó ahogada. El cuerpo de los tres fue encontrado días después en el Río Gállego.
Desde entonces, se cuenta que todas las Noches de Todos los Santos, Celina se pasea por los rincones del palacete vestida con su traje de seda blanca para acabar tocando en el piano su pieza favorita, la Pavana para una infanta difunta…