PANTICOSA

Pueblo situado en la confluencia de los ríos Caldarés y Bolática, capital del municipio que componen este mismo núcleo, el Pueyo de Jaca y el Balneario de Panticosa.

Se dice que el nombre de Panticosa, podría derivar del latín fonte – fuente. (cambiando la F por la P). El sufijo -icosa se referiría al lugar abundante de pequeñas fuentes. Y es que Panticosa es uno de los términos donde más manantiales existen, principalmente en la zona del balneario.

La primera vez que se cita Panticosa es en el siglo XIII como capital del quiñón. En aquel entonces, constaba de cuatro vicos: el de Santa María, San Salvador, el de Sus y el de Exena, este último desaparecido ya en el siglo XV. Y es que, antes de este siglo, no existían los pueblos como tal, sino que eran casas o pardinas aisladas que acabaron juntándose y formando aldeas o vicos en torno a las iglesias y caminos.

Sin ir más lejos, Panticosa tal y como la conocemos hoy en día, nació en 1.426, cuando los vicos de Santa María (junto a la actual Iglesia de la Asunción) y San Salvador (actual zona del cementerio) se unieron.

Actualmente cuenta con una población de unos 750 habitantes y hoy en día es un pueblo dedicado principalmente al sector turístico. Sin embargo, el entorno de montaña cuenta con unos paisajes y pastos muy buenos que han permitido la labor ganadera desde hace siglos y que aún hoy en día, se mantiene en la localidad. Y es que hay muy buenos profesionales que siguen criando razas autóctonas y de calidad como la churra tensina, la vaca parda pirenaica o el caballo hispano-bretón.

Aunque la localidad haya experimentado un fuerte cambio en su tipo de arquitectura debido al turismo, todavía se siguen conservando muchos ejemplos de arquitectura tradicional, principalmente casas datadas en el siglo XIX. Fechas coincidentes con la época dorada del Balneario de Panticosa que trajo mucha prosperidad al pueblo y aires de lujo, dada su cercanía.

Iglesia de la Asunción

Iglesia de estilo gótico tardío, del siglo XVI (periodo de gran actividad constructiva en el Valle de Tena) que fue declarada en el año 2.002 como Bien de Interés Cultural.

Fue levantada sobre otra más antigua dedicada a Santa María, de finales del siglo XII, principios del XIII. De esta iglesia anterior todavía puede observarse el arranque de la espadaña en el muro oeste y parte del muro sur, en el que se sitúa la portada que está protegida por un arco de medio punto dovelado y moldurado y por un tejadillo.

Es de planta rectangular con tres naves separadas por columnas cilíndricas con capiteles octogonales. Su ábside es poligonal y sus bóvedas estrelladas.

La parte más fotografiada es sin duda su torre. Esbelta y ubicada sobre la sacristía, fue obra del piquero Juan de Combarel en 1.580 y en su parte alta está rematada por un campanario de estilo afrancesado y un chapitel piramidal.

Por desgracia, esta iglesia ha sufrido dos graves incendios. El primero fue el 24 de julio de 1.536 donde se cuenta que ardieron 88 casas y la iglesia, es decir, prácticamente todo el pueblo.

De esta última, quedaron en pie solamente cuatro paredes chamuscadas y agrietadas por el calor hasta que trece años después, en 1.549, se logró su reconstrucción y el obispo don Pedro Agustín llegó a consagrar de nuevo la iglesia.

El otro incendio sucedió el 29 de marzo de 1.978 que destruyó por completo el retablo del altar mayor, de estilo rococó del siglo XVIII. Así, el actual está compuesto por otras piezas que fueron salvadas, en el que destacan la cruz presidencial y el sagrario, ambas del siglo XVI.

Otras piezas interesantes a destacar de su interior, son el retablo del Rosario y el de los Santos Fundadores, el retablo de San Lorenzo, el de San Roque y el de la Purísima. Pero quizás el más importante sea el retablo de la Epifanía que procede de la Ermita del Salvador y es la pieza más antigua de la parroquia. En él se ven representados los Reyes Magos según las tres edades. Resulta curioso porque antes del siglo XIV, los reyes se representaban con edades, uno más jóven, otro en edad adulta y el otro más anciano. Es a partir del siglo XIV, cuando estos empiezan a representarse con razas. Bajo el coro, que fue construido en el siglo XIX, se encuentra una vitrina donde se exponen los principales tesoros y libros de la parroquia.

Iglesia de la Asunción Panticosa
estatua esquiador

Figura del esquiador - Parque de la Iglesia

Justo al lado de la Iglesia, se encuentra el parque con la figura quizás más fotografiada de Panticosa.

Se trata de una estatua de un esquiador que donó un habitante de Panticosa a su pueblo al que le tenía mucho aprecio. Francisco Guillén Pes, que así se llamaba, nació en Panticosa aunque con 11 años se marchó a vivir a Barcelona.

Allí pasó más de 70 años de su vida, yendo y viniendo a menudo su pueblo natal.,hasta que en sus últimos años, decidió volver de forma definitiva hasta su fallecimiento en el año 2.008.

Como su pasión por Panticosa era tan fuerte, quiso demostrarlo haciendo donaciones al pueblo como la restauración del tejado de la abadía, la fachada de la iglesia y las campanas de la torre, entre otras. Tras esto, el ayuntamiento le propuso que donara algo simbólico al pueblo. Y así en el año 2.006, donó la que quizás sea la imagen más representativa que hay en Panticosa, la figura del esquiador en el parque de la iglesia. En un principio esta figura que se estaba fabricando en Toledo iba a representar a la Compañía de Esquiadores del Valle Tena durante la guerra, pero finalmente pasó a representar directamente la figura de su hermano José Guillén Pes como esquiador. Y así, darle forma a un sector tan importante para Panticosa, que se había convertido en principal motor de desarrollo del lugar.

Hoy en día, existen dos pequeñas réplicas de bronce, una que se encuentra en Casa Ferrando, la casa a la que pertenecía esta familia y la otra en el Ayuntamiento de Panticosa.

Ermita de San Salvador

Se trata de una ermita que está ubicada en el cementerio de la localidad. Ya en 1.279 se habla de la existencia de esta, así como de la Iglesia de Santa María (la actual dedicada a la Asunción)

Fue construida sobre fábrica románica y lo más característico de ella es la existencia de dos crismones, ambos esculpidos probablemente entre finales del siglo XII y principios del XIII. Uno de ellos está enmarcado en un tímpano y a sus dos lados, aparecen unos medallones. En el de la derecha aparece la cruz de Malta y en el otro lado, la Cruz de Calatrava. Se cree que el otro crismón puede proceder de la antigua Iglesia de Santa María.

De esta ermita, también proviene el retablo de la Epifanía que hoy en día puede admirarse en la Iglesia de la Asunción. Hoy en día, esta ermita ya no tiene uso religioso y ha sufrido muchas modificaciones a lo largo de los años.

Ermita San Salvador

Casa Lucas

Ubicada en la cuesta del Bachato, se trata de una gran casa solariega de dos plantas cuya portada es una de las mejores decoradas y conservadas de la localidad, solar de la familia Guillén, pródiga en notarios y juristas.

En el año 1.600 Don Juan Guillén y Blasco obtuvo el título de infanzón y en su solicitud para adquirir este título, ya hablaba en sus documentos de la pertenencia de un palacio-castillo en el barrio del Vico, lo que corresponde al actual emplazamiento de esta casa.

En el siglo XVIII, don Gregorio Guillén y Pueyo, justicia ordinario del valle mandó construir sobre este edificio, uno más moderno de estilo francés.

Sobre la puerta de la fachada encontramos el escudo de de armas de la familia: “Estas son las armas de Don Gregorio Guillén y los suyos del vico de Panticosa”. En el pináculo situado frente al frontón, aparece la firma del arquitecto bearnés que realizó la reforma en el siglo XVIII: “Esto yzo Jayme Correges Dit Bouso Anno 1738”

Esta casa fue habitada por la familia Guillén hasta la década de 1.960 y luego fue adquirida por María de Valenzuela y Luis Gómez Laguna, político español y alcalde de Zaragoza.

(Se trata de una casa privada por lo que no está permitido el acceso)

Casa Tartalla

Casa ubicada en la calle principal de Panticosa con puerta decorada con motivos geométricos y una esvástica en la clave. Sobre la ventana dos sillares, uno con una decoración vegetal con un jarrón con flores y el otro con la inscripción “M.C.R.C. AD 1861”, enmarcada y rodeada de motivos religiosos.

Casa Tartalla
Portada Casa Berdón

Casa Berdón

Casa Berdón fue la casa de la familia Pueyo. Aquí nació en 1.860 Gregorio Pueyo, un famoso librero y editor que promocionó el movimiento modernista. Con veinte años se marchó de Panticosa para hacer el servicio militar y se asentó en Madrid. Fue uno de los primeros que apostaron por editar las primeras obras de jóvenes modernistas. Además, Valle Inclán lo retrató en “Luces de Bohemia” en el personaje del librero “Zaratusta”. Pedro Pueyo, uno de sus sucesores y siguiendo los pasos de Gregorio, abrió la famosa librería y editorial Pueyo de Madrid, que estuvo abierta durante décadas.

Su casa sigue conservando la portada adintelada con arco rebajado y clave moldurada. Sobre la puerta, aparece un relieve con la Virgen del Pilar, rodeada de ángeles. No tiene fecha grabada porque Mariano, hermano de Gregorio Pueyo que fue la persona que esculpió la portada, murió accidentalmente antes de terminarla.

Relacionados con esta casa, también encontramos a Mariano Pueyo quien fabricó y patentó los caramelos “Altos Pirineos”, de café con leche y guirlache, que fueron comercializados en toda España.

Asimismo, encontramos a Florencio Pueyo, marido de Orosia y hermana de Mariano, que procedía de Casa Beroy pero que al ser primos hermanos, conservaban el mismo apellido. Florencio y Orosia regentaban un quiosco en el Balneario de Panticosa. Así, al conocer tan bien los gustos y necesidades de los bañistas (clase acomodada) que llegaban por el balneario durante el siglo XIX y XX, llegaron a copar el mercado nacional de hierbas medicinales y productos naturales, y principalmente La Manzanilla de los Pirineos, que llegó a venderse no sólo en el territorio nacional, sino también a nivel internacional.

Molino

Cerca de las escuelas, hoy un edificio de piedra y tejado de pizarra, hubo un edificio que fue utilizado como la escuela de niñas de Panticosa, a finales del siglo XIX, principios del siglo XX. (La escuela de niños se ubicaba en la placeta de Morlans y en la parte alta del edificio se encontraba la vivienda del secretario del Ayuntamiento).

Más tarde se construyó la escuela actual, y este edificio fue utilizado como molino, que sirvió para moler el trigo que abasteció durante décadas a la población de Panticosa. Luego pasó a ser el cuartel de la Guardia Civil y en los años ochenta se convirtió en la Biblioteca Municipal. Más tarde la biblioteca se trasladó a los bajos del Edificio la Fajuala y este edificio cayó completamente en desuso.

Molino Panticosa
Fuente del Bachato Panticosa

Fuentes de Panticosa

En Panticosa existen varias fuentes estratégicamente ubicadas en la localidad que servían para abastecer a todos los barrios de la localidad. Se utilizaban para el agua corriente para beber o como abrevaderos.

Algunas de ellas eran la de la Cruz, la de la Placeta de Perorán, de del Campanero, la de la Iglesia o la del Vico. Esta última procede del siglo XIX y estuvo desaparecida durante años, hasta que en 2014 pudo recolocarse de nuevo.

La fuente de la Cruz, conserva la pila como parte más antigua y el caño tiene forma de cabeza de león.

La fuente de la placeta de Perorán también tiene dos caños con forma de cabeza de león y en el centro del frontón aparece una inscripción en mármol que dice: “Estas aguas fueron traídas al pueblo en el año 1.805. El Ayuntamiento de aquella época”.

Puente Viejo

Se trata de otro de los símbolos de la localidad panticuta. Este precioso puente de piedra sobre el Río Caldarés fue levantado en 1.556, sobre otro anterior de madera, por el maestro bearnés Beltrán de Betbedé. Éste también formaba parte del Camino Real que unía las localidades de Panticosa, Hoz de Jaca y el Pueyo. Consta de un solo arco rebajado y cuentan que al ser más estrecho en su parte central, esto permitía al pastor contar las cabezas del ganado al ir y al venir de los pastos.

Puente Viejo
Sanatorio de Panticosa

Preventorio de Panticosa

Se trata del gran edificio que hay al lado del parque infantil y fue utilizado como sanatorio (en Panticosa le llamaban “preventorio”) para las personas que tenían problemas respiratorios o tuberculosis. Habitualmente este tipo de instalaciones se construían en zonas de montaña, porque se pensaba que la altitud favorecía la apertura de las vías respiratorias.

Este sanatorio estuvo funcionando hasta los años sesenta y posteriormente se convirtió en una residencia que servía como albergue de jóvenes que venían a participar en las campañas de esquí u otras actividades escolares, se impartían también formaciones para funcionarios o campus musicales. Actualmente se encuentra en desuso.

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