
Corona del Rey, Oreja de Oso y otras maravillas en plena floración en las Pasarelas
Los Pirineos no solo son un paraíso para los amantes de la montaña, también lo son, por su diversa vida vegetal.
Su clima, su geología caliza y su aislamiento natural han permitido que especies que desaparecieron en otras zonas durante las glaciaciones hayan sobrevivido aquí, como si el tiempo se hubiera detenido.
Muchas de estas plantas solo crecen en este rincón del mundo, en laderas rocosas, barrancos sombríos o fisuras imposibles donde florecen contra todo pronóstico.
Pasear hoy por lugares como las pasarelas de Panticosa es, sin saberlo, caminar entre auténticos tesoros botánicos que llevan millones de años resistiendo el paso del tiempo.
Hoy destacamos dos de estas joyas botánicas que, en esta época del año, pueden observarse a pleno rendimiento en las pasarelas de Panticosa: la Corona del Rey, una planta que florece solo una vez en su vida antes de morir y la Oreja de Oso, una superviviente de tiempos prehistóricos capaz de “resucitar” tras secarse por completo.
Ambas nos recuerdan que en la naturaleza y la belleza va muchas veces de la mano con la resistencia y la adaptación extrema.
🌿 Corona del Rey (Saxifraga longifolia)
La Corona del Rey, también llamada coda de borrega o abortacabras, es una planta rupícola emblemática del Pirineo y Prepirineo calizo.
Forma una roseta basal discreta de hojas gris‑verdosas, anchas y firmes, que pueden medir entre 20–55 cm.
Crece en grietas y fisuras rocosas entre 300 m y hasta 2 500 m, a menudo generando densas colonias.
Emite un único tallo floral, rígido y carnoso, de hasta 80 cm, cargado de flores blancas moteadas que atraen insectos; florece de mayo a agosto, y tras la floración muere, dejando semillas que caen al fondo de las rocas.
Es una planta muy antigua, presente antes de las glaciaciones y extendida hasta el Atlas marroquí; posee propiedades medicinales y se usaba tradicionalmente en veterinaria para facilitar partos difíciles, aunque también tuvo casos de intoxicación grave.


🌱 Oreja de Oso (Ramonda myconi)
La Oreja de Oso es una “planta resurrección” única en la Península Ibérica, perteneciente a la familia de las Gesneriáceas.
Es una planta herbácea perenne con hojas en roseta adheridas a la roca, ásperas y con bordes dentados.
Vive en barrancos calizos del Pirineo aragonés entre 600 m y cerca de 2 500 m .
Durante el verano puede secarse completamente, doblando sus hojas. Pero cuando llegan las lluvias otoñales, revive al reabsorber agua. Este milagro se debe a azúcares protectores (rafinosa y sacarosa) que estabilizan sus membranas y evitan la cristalización del agua .
Es una reliquia paleotropical de la era terciaria; su supervivencia en clima alpino lo hace objeto de estudio por su tolerancia excepcional al frío, desecación y formación de hielo en los tejidos.
Florece de mayo a julio con diminutas flores moradas (a veces lilas o blancas) que recuerdan a violetas africanas. Tradicionalmente se usó en infusión para gripes, tos y como calmante bronquial, aunque sin evidencia científica sólida.


🌸 Visita, respeta y comparte
Si te animas a recorrer las pasarelas de Panticosa estos días abre bien los ojos. Disfruta de su belleza sin tocarlas ni salirte del camino marcado: son especies delicadas y únicas, que merecen todo nuestro respeto.
Y si consigues una buena foto, ¡nos encantará verla! Puedes etiquetarnos en redes sociales para compartir tu mirada sobre este rincón tan especial del Pirineo.
Entre todos ayudamos a dar a conocer, a preservar y a cuidar este patrimonio natural que nos rodea.



🔗 ¿Quieres recorrer el sendero donde florecen estas joyas del Pirineo?
Consulta días de apertura y toda la información práctica en la web oficial de las pasarelas: 👉 www.pasarelasdepanticosa.com